Friday, December 29, 2006

La monotonía del Arte

Para los músicos que ni quieran morirse de asco recomiendo leer esto…

LA MODULACIÓN. PROCEDIMIENTOS Y EJEMPLOS DE SU MECÁNICA. FUNCIÓN EXPRESIVA. RECURSOS DIDÁCTICOS PARA TRABAJAR EN EL AULA.
“La monotonía es imperdonable en el arte” Otto Karòly
Introducción:
Nuestra concepción de tonalidad es la idea de que una pieza tonal “está” en una determinada tonalidad, lo que implica que esa tonalidad particular define una sola tónica para la pieza. Resulta indeseable estéticamente para una obra permanecer en una sola tonalidad, a no ser que sea una pieza corta. Todas las composiciones de cierta longitud incluyen notas que no pertenecen a la escala diatónica básica. Un cambio de tonalidad supone una maravilla a nuestros oídos, una nueva adopción de referente tonal, una nueva paleta sonora, nuevos colores. La modulación no solo es necesaria por razones psicológicas, sino por razones estéticas y expresivas.
Podemos poner el ejemplo de la Tercera Sinfonía de Beethoven, en Mi bemol Mayor. Cierto, su primer movimiento comienza y acaba con dicha tríada (Mib, Sol, Sib), dura aproximadamente unos 20 minutos. La tonalidad imperante es Mib Mayor pero está continuamente abandonando la escala de Mib Mayor, a otras tonalidades próximas como Si bemol Mayor o La bemol Mayor....también a otras lejanas como Mi menor. Nosotros percibimos que estas tonalidades mantienen una relación compositiva ya que forman parte de una composición musical. Ya será el análisis el que determinará las relaciones tonales que Beethoven plasmó. Indudablemente a nuestro nivel de Educación Musical sería farragoso y absurdo el análisis de sinfonías. En todo caso, conocer los mecanismos que componen la modulación para su posterior aplicación en el trabajo del aula es una interesante cuestión. No va a ser sin embargo un recurso didáctico muy empleado en el aula, dada la complejidad de su mecánica y audición y la edad de los alumnos/as a los cuales impartiremos nuestra materia. Sin embargo, esto no es impedimento para que nosotros como docentes sepamos todo lo concerniente a la modulación (tipos, procedimientos, etc…) para trabajar en el aula de forma creativa y sacando el mayor partido a las piezas escuchadas.

LA MODULACIÓN
Concepto y función:
La modulación es el cambio de tono que se produce en un fragmento musical, así como al proceso seguido para realizar dicho cambio. Este cambio de centro tonal puede producirse por medio de la melodía, la armonía o ambas cosas a la vez. Una modulación será más definida, más natural cuanto más cercanas se hallen los tonos entre los cuales se va a producir la modulación por existir entre ambos una relación de sonidos más directa, más afín; es decir, que entre los sonidos componentes de la tonalidad anteriormente determinada y la nueva haya menor diferencia de alteraciones ya sean éstas propias o aquellas que corresponden a las variantes de los diferentes tipos de escala.

Según su duración, las modulaciones pueden ser:

- Definitivas: Su duración es suficiente para hacernos olvidar la anterior.
- Intermedias (falsa modulación): Se extiende solo por unos compases, para regresar pronto a la tonalidad anterior.

Básicamente, y teniendo en cuenta la progresión armónica, se puede modular por medio de varios procedimientos:

- Directamente desde un acorde de un tono a otro de otro tono (Modulación directa)

- Usando uno o varios acordes que tengan relación con ambos tonos utilizándolos de puente o de enlace (pivote).

- Cambio de Modo: Se trata de modular de una tonalidad a otra, cuya armadura es diferente pero la escala base es idéntica. Se trata por tanto de pasar del modo mayor al modo menor o viceversa de tonalidades estructuradas sobre una misma nota. Modular de Do Mayor a Do menor. (Claro de Luna Beethoven) El cambio de modo se emplea para dar contraste en periodos de una misma frase musical y para conseguir contrastes luminosos (3ª picarda).

- A través de una sucesión de acordes siguiendo el ciclo de quintas. (Esta no se emplea como recurso en música escolar dada sus características).

-Modulación directa:
Es el tipo más abrupto entre los tres citados. Literalmente, el nuevo tono nos coge por sorpresa. Es una modulación sin ningún tipo de preparación. La forma más típica de modulación directa se produce al terminar una frase en un tono y comenzar la siguiente en otro. Lo normal es que la frase que acaba lo haga con el acorde de tónica y la que comienza con el acorde de tónica del nuevo tono. Sin embargo, la modulación directa también puede producirse desde otros acordes diatónicos, y entrar en el nuevo acorde no forzosamente con el nuevo acorde de tónica, sino con otros acordes diatónicos a la nueva tonalidad.

Casos de modulación directa entre acordes diatónicos cualesquiera también son posibles, y no necesariamente en un final de frase. En estos, el movimiento entre las fundamentales del acorde de un tono a la del acorde del nuevo tono, acostumbra a ser por grado conjunto.


- Modulación por medio de acordes de enlace:
La más suave de las tres ya que está basada en acordes relacionados con los dos tonos a los que sirven de unión. El oído abandona el centro tonal y entra en el nuevo sin brusquedad. Esto dependerá de la cantidad y claridad de los acordes usados como puente o unión. Estos acordes los denominaremos “pivotes”. Hay tres tipos de acordes pivotes, los principales, secundarios y relativos aunque nosotros solo estudiaremos los primeros.

• Principales: Se consideran acordes de enlaces principales los que son diatónicos a los dos tonos que sirven de unión. Así pues, la modulación usando acordes principales será posible entre tonalidades que tengan 2 o menos alteraciones de diferencia, ya que solo en estos casos se encuentran acordes diatónicos comunes. Entre Do Mayor y La Mayor no existe ningún acorde diatónico común a ambas tonalidades ya que la diferencia de alteraciones es de 3. Sin embargo, cuando la diferencia es de 2 alteraciones, el acorde del grado II de una tonalidad es el mismo que el III de la otra.

(2 sostenidos de diferencia)
Tono Do Mayor: Tercer grado = Mi menor.
Tono Re Mayor: Segundo grado = Mi menor.


(2 bemoles de diferencia)
Tono Do Mayor: Segundo grado = Re menor.
Tono Sib Mayor: Tercer grado = Re menor.

Cuando la diferencia de alteraciones entre tonalidades es de una, tres son los acordes diatónicos comunes:


Do M Rem Mim FaM SolM Lam Sim(b5)
Tono Do: I II III IV V VI VII
Tono Fa: VI I III
Tono Sol: IV VI II

Además, entre una tonalidad mayor y su relativo menor los siete acordes de la escala mayor son comunes a los siete de la escala menor, con lo que todos ellos podrán ser acordes de enlace principales.
Do M Rem Mim FaM SolM Lam Sim(b5)
Tono Do: I II III IV V VI VII
Tono Am: bIII IV V bVI bVII I II

TONOS VECINOS:
Son aquellos que se diferencian en una sola alteración. Su modulación entre ellos es muy frecuente, además de suave y agradable ya que comparten varios acordes pivotes.
Los acordes diatónicos a una determinada escala mayor o menor son los tonos vecinos relacionados con dicha escala tomada como base; hay que exceptuar, sin embargo, el acorde que se forma sobre el séptimo grado de la escala mayor y el segundo de la menor ya que, este, no es un acorde perfecto y no es un centro tonal válido.


II Re Menor
III Mi menor
Do Mayor IV Fa Mayor
V Sol Mayor
VI La menor (relativo principal)

bIII Do Mayor (relativo principal)
IV Re menor
V Mi menor
La menor bVI Fa Mayor
bVII Sol Mayor


FUNCIÓN EXPRESIVA.
La función de la modulación es dar variedad y riqueza expresiva, que se consigue mediante el desarrollo temático y los contrastes.
* El desarrollo temático consiste en convertir un fragmento menor en otro de mayor extensión por medio de la variación tímbrica, la modulación o ambos procedimientos a la vez. Beethoven poseía una gran capacidad de desarrollo temático, ya que con solo 4 notas (3 de ellas iguales) logra componer el primer movimiento de la 5ª Sinfonía, mediante progresiones de ese motivo y posteriores modulaciones.
La modulación nos permite jugar con la expresividad de la línea melódica. Nos permite disfrutar de distinta luminosidad.
El fin que persigue la utilización del recurso de la modulación es enriquecer la melodía y la armonía, dotándola de unas pinceladas de distintos contrastes sonoros y evitar monotonías, ya que antes de algo novedoso, se produce una activación de la atención.
Los autores consideran la modulación como un gran recurso artístico. El fin que persigue es enriquecer la melodía y dotarla de una pincelada de contrastes sonoros y evitar la monotonía.

EVOLUCIÓN HISTÓRICA
Como bien señalamos al principio, la monotonía es imperdonable en todo arte, por ello a lo largo de la historia de la música, (sobre todo a partir del siglo XVII), la modulación ha sido utilizada como un recurso de suma importancia para evitar esa monotonía, dándole una riqueza tanto expresiva como estética a las composiciones.
Como veremos a continuación, la modulación ha tenido épocas con mayor auge que otras, habiendo sido utilizada además con diferentes fines.
No será hasta el siglo XV, en pleno Renacimiento, cuado empezaremos a hablar de modulación propiamente dicha. En esta época el arte seglar rivaliza con la polifonía religiosa. La polifonía profana apuntará hacia los modos mayor y menor actuales. En el renacimiento aparecen los actuales nombres de las voces (soprano, contralto, tenor, bajo). La polifonía profana encontrará su máximo desarrollo en el madrigal italiano.
A principios del siglo XVII, el madrigal adquiere un carácter más dramático y virtuosístico, valiéndose como medios expresivos, de las disonancias, cromatismos, entrando así en el mundo de las modulaciones.

Ya en el Barroco, los modos modernos sustituyen definitivamente a los eclesiásticos. Pero para el estudio de la modulación y expresión dentro de este período musical nos centraremos en uno de los compositores más importantes, no sólo de esta época, sino también de la historia de la música como es J.S Bach.
Bach resume el pasado de los siglos precedentes, empalmando el gótico y el barroco a través de la imitación, el canon y la fuga, pero al mismo tiempo que cierra un período abre una nueva época en el dominio de la expresión y la construcción musical.
Bach necesita poner énfasis en el contenido de las palabras cuya expresión trata de graduar mediante un adecuado empleo de imágenes sonoras. Así el dolor se expresa mediante una línea cromática descendente, la repetición de notas en movimiento rápido expresan el terror.
Es este compositor el que empieza a hacer de las modulaciones uno de los elementos más importantes para componer sus obras, para expresar sus sentimientos. La mayoría de las modulaciones las realiza utilizando un acorde mixto y progresiones modulantes intratonales (dentro de una misma tonalidad). Las modulaciones serán pasajeras, ya que, aunque a veces sean muy amplias, siempre volverán al punto de partida.
Pero quizá lo más sorprendente de Bach, es la facilidad para componer obras extraordinarias, llenas de sentimiento, ricas en variedad, con pocos recursos armónicos utilizados, apenas utilizaba progresiones modulantes intratonales, acordes sin alterar, modulaciones a tonos vecinos mediante acordes mixtos. Fue capaz con ello de componer obras de gran importancia como “El arte de la fuga” o “Pasión según San Mateo” , por no citar numerosas cantatas y corales de extraordinaria belleza.

Pasamos así al Clasicismo, donde la música es objetiva, contenida en emociones, refinada, elegante, algo superficial, pero nunca pobre. La claridad y simplicidad es la nota predominante de la música de esta época.
La armonía es transparente, no cromática, las modulaciones son utilizadas para relacionar temas y secciones, las disonancias resuelven satisfactoriamente sin dejar sensación de aspereza. Las modulaciones por tanto se utilizan para dar variedad a la melodía pero no para expresar sentimientos como en el barroco, para ello los compositores de esta época se valdrán del ritmo, la dinámica (fuerte, piano, crescendo, diminuendo, etc) aunque este último aspecto será más trabajado en el romanticismo, ya que la música clásica no tiene grandes arrebatos.

En el Romanticismo, la música se hace más humana, se acerca al pueblo, aparecen los estilos musicales, según las tradiciones, folklore y valores nacionales de cada pueblo.
Se buscan los contrastes musicales y de oposiciones acentuadas capaces de evocar y sugerir sentimientos a través de variados ritmos, orquestación, matices y un elemento de suma importancia en este período será la modulación a través de la cual se conseguirá una música deslumbrante, apasionada y espectacular.
Uno de los métodos más empleado para modular será la enarmonía de un acorde, se alteraran acordes ya existentes, creando acordes nuevos como el de sexta napolitana, que se forma sobre el segundo grado de la escala pero rebajado, y en primera inversión.

Ej: Fa LA Re b (primera inversión).

Este tipo de acordes producen un ensanchamiento armónico y junto con las disonancias y cromatismos crearan un colorido más rico y un ambiente de mayor expresión subjetiva. Esto nos llevará a una cierta vaguedad tonal.

Con esa vaguedad tonal, llegamos al impresionismo donde al igual que en pintura lo que más interesa es la luz y el color. Se rechazan tonalidades clásicas, utilizando multitud de acordes sin que domine ninguno, no existen atracciones entre ellos como sucedía en la armonía clásica.
Lo que más interesa es el colorido y la sonoridad sensual de cada acorde en sí, es por tanto, música de sensación más que de cerebro.
Se utilizan escalas orientales y exóticas que no tengan las atracciones de escalas occidentales. Al no aparecer tonalidad claramente definida o estar definida con vaguedad, las modulaciones serán pasajeras, sin ningún método concreto, o en otros casos ni siquiera existirán.

Posteriormente aparecen los nacionalismos, donde todos los países comenzarán a tomar conciencia de sus valores, el sinfonismo y la ópera alemana son un claro ejemplo. Se trata de buscar expresiones musicales en el propio folklore.
Aparecen diferentes tipos de modulaciones y diferentes giros melódicos para cada pueblo. Basta escuchar algún pasaje de la suite “Iberia” de Albéniz para descubrir en ella melodías populares (en “El corpus en Sevilla” puede observarse como es una armonización de “la Tarara”) o cadencias, modulaciones y melodías propias andaluzas, lo que nos demuestra el interés por resucitar la música popular propia de cada país, al mismo tiempo que sirve para expresar los sentimientos del propio autor.

Casi todos los músicos y escritores musicales creen que en la ópera wagneriana “Tristan e Isolda” nace el principio de la música del siglo XX, aunque hay voces que señalan otros caminos y que no están por ello de acuerdo con la mayoría.
La música hasta el Romanticismo se componía siempre dentro de las leyes de la tonalidad y normalmente una obra estaba en un tono principal, que se enunciaba: sinfonía en Do menor, sonata en Si bemol mayor, por ejemplo. Las leyes que encadenan los sonidos en la tonalidad se suponen basadas en la propia estructura funcional del oído humano, y son las que rigen en la música popular, mucho más sencilla que la culta, incluso hoy día.
En cada tono existe una escala de notas dispuestas de determinada manera: las intermedias se llaman notas cromáticas, y el empleo frecuente de esas notas cromáticas produce el "cromatismo" de la armonía, y, como consecuencia, una especie de desorientación en el oído del que escucha, con sensación de pérdida de la tonalidad.
En Tristán e Isolda, Wagner emplea tal exceso de cromatismo que no se sabe casi nunca en qué tonalidad se está moviendo. La melodía resbala constantemente de una tonalidad a otra vecina. Dado que la música del siglo XX está generalmente basada en la destrucción de la tonalidad, por eso se quiere ver en el Tristán esa función precursora y evolucionadora.
En su primera etapa como compositor, Schönberg se movió dentro del campo de la tonalidad, y su investigación se situó en la profundización de las diferencias de las relaciones tonales, que en su impetuosa expresividad conectaba con el movimiento expresionista. Esta etapa culminó en 1909 con su composición Erwartung. En ella el divisionismo de la música impresionista alcanzó sus límites en la importancia otorgada a las disonancias aisladas, en las que cada nota se constituía como un mundo propio. La ruptura del lenguaje musical era ya una evidencia que terminó desembocando en la introducción de la atonalidad. El expresionismo vienés representado por Schönberg, Alban Berg y Antón Webern profundizó en la abstracción musical una vez destruida la unidad armónica.
En 1909, Schönberg se vio sumido en una profunda crisis creativa, consciente del agotamiento del camino recorrido. De ella salió mediante la abolición el sistema armónico diatónico, sobre el que se había asentado desde el Renacimiento todo el lenguaje musical. Con el rechazo de la tonalidad y la introducción de la atonalidad, Schönberg proclamó la "emancipación de la disonancia", que ya no quedó constreñida al mero papel afirmador de la consonancia, establecida como el valor supremo de la composición musical. Con Schönberg se completó la destrucción del lenguaje moderno: aquí el lenguaje musical, en Mallarmé el poético y en Nietzsche el filosófico. Con el movimiento dadá se produjo la aniquilación del arte.
RECURSOS D IDÁCTICOS
Como dijimos al comenzar el tema, la modulación no va a ser un tema muy tratado en el aula, dada su complejidad del mismo, sin embargo hay muchos aspectos que sí podemos trabajar y donde nos va a ser muy útil la modulación.
A través de audiciones desarrollaremos en nuestros alumnos la capacidad para apreciar los cambios sonoros producidos por la modulación en obras musicales.
Una labor importante del profesor será elegir piezas breves donde se produzcan modulaciones fácilmente reconocibles por el oído.
En el caso de que se module de modo mayor a modo menor, les podemos preguntar a nuestros alumnos, cuándo la música denota alegría (modo mayor) y cuando denota tristeza (modo menor).
Podemos trabajar la improvisación y la dramatización asociando movimientos corporales a la obra escuchada, así a los fragmentos alegres les asociamos movimientos amplios, a los fragmentos más tristes, movimientos más recogidos, etc.
En cuanto a la educación instrumental, es difícil llevar a cabo este tema. Únicamente en los últimos cursos de primaria y sólo si se ha tenido una sólida base musical se podría trabajar alguna melodía con una modulación sencilla, para poder ser interpretada.

Los ejemplos están tomados del libro "Teoría Musical y Armonía Moderna I" de Enric Herrera y editado por Antoni Bosch.

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